Sudáfrica es muy conocida entre los buceadores por la abundancia de tiburones. Sin embargo, en el extremo sur del continente hay mucho más que peces grandes. Aquí se produce una de las mayores migraciones animales del planeta.

Las aguas de Sudáfrica ofrecen dos atracciones sensacionales: el encuentro con el tiburón blanco y sus pequeños parientes como el tiburón toro, el tiburón tigre, el tiburón cobrizo, el tiburón martillo y la pintarroja, que viven entre Durban y Port Elisabeth, y la espectacular «Sardine Run», una de las mayores migraciones animales del mundo.

En mayo sucede un curioso fenómeno en torno a Port Elisabeth que, con suerte, se puede conseguir ver: enormes bancos de sardinas se agrupan en gigantescos cardúmenes conocidos como baitballs. Los delfines, las ballenas y los tiburones atacan salvajemente estos grupos de defensa, aunque la mayoría de estos pequeños peces consigue sobrevivir.

A Ciudad del Cabo se acercan sobre todo turistas que desean visitar el país, pero no es muy conocida como zona de buceo.

En el Cabo Agulhas, al este del Cabo de Buena Esperanza, limitan el océano Índico y el Atlántico. Aquí, en el punto más meridional de Sudáfrica, la unión de la fría corriente de Benguela y la cálida corriente de Agulhas favorece la existencia de una gran biodiversidad y provoca turbulencias

Si las olas sólo alcanzan un metro de alto, puede hablarse de mar tranquilo y de condiciones óptimas para el buceo.

El mar se divide en el cabo en dos zonas de buceo: False Bay y la parte atlántica. Cuando en Europa es invierno, en Sudáfrica es verano. En False Bay se puede bucear bien todo el año pero la visibilidad es peor cuando allí es verano y puede ser de hasta 25 metros en invierno.

El entorno tiene además un triste récord: más de 2.000 pecios se encuentran directamente junto a la costa.

Sin embargo, sólo algunos pueden visitarse. Además de los pecios de Smitwinkel Bay SAS Pietermaritzburg, Clan Stuart, Lusitania y Good Hope, destacan los coloridos arrecifes.

Los bloques rocosos están revestidos de distintos abanicos de mar, esponjas, anémonas y corales blandos. En la parte superior hay bosques de algas, entre los que vagabundean variopintos erizos y estrellas de mar.

Aquí pueden encontrase asimismo más de 200 tipos registrados de nudibranquios. Los leones marinos son especialmente amigables y suelen acercarse curiosos a los submarinistas.

Tiburones de especies pequeñas descansan en grietas; maravillosas y enormes ballenas siguen su ruta en aguas abiertas.

La parte atlántica, más fría, es el lugar más tranquilo durante el verano. La oferta para el buceador es similar a la de False Bay y pueden verse incluso delfines. En Simonstown vive una colonia de pinginos africanos y puede hacerse esnórquel junto a las focas.

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