La costa septentrional de Cuba limita con el Océano Atlántico y la costa meridional con el Mar Caribe. En torno a la isla hay interesantes regiones de buceo. Destaca la zona Sudoeste, donde el Caribe muestra su mejor cara bajo el agua.

Con 5.800 kilómetros de franja costera y casi 300 playas, Cuba es la mayor isla del Caribe. Aunque sólo dista 140 kilómetros de EE.UU. y 210 de México, Cuba es un país particular. A pesar de ser un lugar fascinante y tener los mejores puntos de inmersión del Caribe, el sistema económico centralizado vigente no promociona mucho el turismo de buceo, por lo que, contrariamente a lo que ocurre en otros destinos, el sector tiene poco desarrollo.

Las mejores regiones de buceo están en dirección a la depresión de Yucatán y la dorsal de las islas Caimán. Se sitúan en torno al extremo oeste de Cuba, junto a Cabo San Antonio y María la Gorda, alrededor de las ínsulas del archipiélago de los Canarreos Cayo Largo e Isla de la Juventud, y en la zona del grupo insular de Jardines de la Reina

María la Gorda está en la península occidental de Guanahacabibes, en medio de un gran parque nacional y una reserva de la biosfera de la Unesco. Con un mundo submarino intacto, los puntos de inmersión son de los mejores de Cuba. Hay diversas cuevas y se ven restos de galeras hundidas, anclas y cañones en algunos arrecifes.

Hay mucho territorio submarino virgen en el punto más occidental de la isla, el Cabo San Antonio. Los lugares de inmersión se encuentran en la zona de abundantes corrientes del Canal de Yucatán y prometen espectaculares inmersiones a la deriva en abruptas pendientes, agujeros profundos y moradores marinos grandes.

Cayo Largo es la isla más al este del archipiélago de los Canarreos y ha rendido ya todos los honores al submarinismo. Hay 40 puntos de inmersión frente a esta antigua isla de contrabandistas de 27 kilómetros de largo. En dos de ellos, llamados Acuario, se contemplan constantemente roncos, pargos, barracudas, meros, morenas, rayas, tarpones, tiburones, langostas, peces ángel y tortugas. También se ven peces caribeños de todo tipo junto a la Isla de la Juventud, a unos

150 kilómetros más al oeste. Robert Louis Stevenson se inspiró en la isla más grande próxima a Cuba para su novela La isla del tesoro. Desde la Marina Colony se llega en una hora y media a puntos de inmersión supremos, con cañones, grutas y laberintos. Frente a las frondosas paredes siempre hay posibilidad de toparse con peces grandes. La zona se convirtió en reserva natural marina en 1980.

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