Casi desconocido e intacto, el atolón caribeño de Banco Chinchorro está situado entre los bastiones turísticos de Cozumel y Belice. Destaca por tener gigantescas esponjas, una rica variedad de corales y un enorme cementerio de barcos.
El atolón está frente a la península mexicana de Yucatán, a la altura de Costa Maya. Sólo se llega hasta allí en barco desde los pueblos pesqueros de Majahual y Xcalak. Contrariamente a la tranquila localidad de Xcalak, en Majahual hay a veces mucho ambiente ya que, desde hace poco, recibe la visita temporal de grandes cruceros. Banco Chinchorro, de 45 por 15 kilómetros de extensión, fue declarado reserva de la biosfera por la Unesco y área marina protegida por el gobierno mexicano. Para la mayoría de los buceadores es un territorio aún por explorar. Aquí sólo viven 200 pescadores en palafitos frente a la mayor de las tres islas de la laguna del atolón. Hay planes de prohibir totalmente la pesca en el futuro.
Un valle submarino de 1.000 metros de profundidad y 30 de ancho separa Banco Chinchorro de tierra firme. Lo centros de buceo necesitan un permiso para ir a los arrecifes. Se ofrecen excursiones de un día con tres inmersiones; el mayor inconveniente suele ser el viaje en barco de dos horas a través de las agitadas aguas.
Al oeste hay más de una docena de excelentes puntos de inmersión protegidos. Á veces se trata de pequeñas paredes y otras de pendientes arenosas de 45 grados en aguas claras. Campos de altas gorgonias y abanicos de mar alternan con todas las especies de esponjas del Caribe.
En Punta Isabel predominan los corales y las esponjas, y hay menos peces. En cambio, en Theresa uno se ve recompensado con curiosas cobias parecidas a tiburones, fusileros azules y diversos meros. También hay esponjas vasiformes amarillas de enormes dimensiones.
A entre 25 y 30 metros de profundidad, Los Faros se muestra intacto y lleno de color con esponjas vasiformes púrpura, orejas de elefante naranja y enormes esponjas barril. A los meros y tiburones nodriza les encantan las corrientes de la punta sur de Tinas Reef, donde los pargos y los roncos se ocultan en pequeñas cuevas si hay peligro.
En Cuarenta Cañones yace un barco del siglo XVII a una profundidad de entre cuatro y ocho metros. Los numerosos cañones están tan cubiertos de corales que ya casi no se ven. En la agitada parte este del atolón hay más restos de numerosos barcos de entre el siglo XVI y el XX. Por razones arqueológicas, sólo pueden visitarse haciendo esnórquel. En La Chimenea, directamente en el arrecife ubicado frente a Xcalak, es posible bucear en cuevas y grietas. En La Poza se ven cientos de tarpones en verano.
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