Situada en la costa licia, la localidad pesquera de Kaș es más bien un lugar tranquilo sobre el nivel del mar, sin embargo, sumergirse en sus aguas es toda una experiencia: Las vacaciones de buceo en Turquía son verdaderos viajes al pasado.

Kaș es un municipio de 5.000 habitantes situado en la costa sur de Turquía, entre los centros turísticos de Dalaman y Antalva.

Aunque las masas todavía no han invadido este lugar, la encantadora bahía no permanece vacía en temporada alta: hay más de dos docenas de puntos de inmersión y diversas revistas de buceo han elegido varias veces la región como una de las mejores para practicar el submarinismo.

No es de extrañar, ya que los lugares de inmersión son muy variados y ofrecen una excelente fauna y muchos campos de ánforas.

Tanto los principiantes como los expertos disfrutarán la experiencia. Esta zona al borde de los Montes Tauro es el lugar perfecto para los que gustan del agua clara y cálida, y tienen intereses culturales.

En la costa de Kas hay pocos corales y buscar peces grandes no merece la pena. Sin embargo, cada vez migran más peces tropicales del mar Rojo a través del canal de Suez. De hecho, en estas aguas claras aturquesadas, que poco tienen que envidiar a los mares tropicales por la visibilidad que ofrecen, es cada vez más habitual ver peces loro, peces soldado, siganos, peces ballesta y peces corneta. Junto a rayas, morenas y tortugas, estos peces viven entre enormes meros y diferentes bancos de peces como medregales coronados, barracudas, bremas y atunes. En las praderas de zostera marina están los jardines de infancia de los peces y no es extraño encontrar nacras.

Assi Island y las tres rocas de Ug Kaya son interesantes lugares para ver ánforas griegas y romanas. En el fondo hay vasijas de barro con diámetros de hasta un metro. En torno a Capa Banko se encontraron incluso viejas anclas de piedra. La ley turca es también aquí muy estricta y los intentos de robo llevan incondicionalmente a la cárcel.

En el entorno se ubican ocho pecios de interés.

Hay un bombardero italiano de la Segunda Guerra Mundial situado al pie de un heterogéneo arrecife en el lugar de inmersión Flying Fish: una verdadera joya. Sumergido a una profundidad de entre 55 y 65 metros, está reservado a los buceadores con experiencia.

Diversas gargantas y cuevas convierten las inmersiones en experiencias inolvidables. En muchas hay incluso filtraciones de agua dulce fría. Ningún buceador debería perderse la costa licia. El Mediterráneo muestra aquí su mejor cara.

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