Gracias a la corriente del golfo, las aguas que bañan Nueva Escocia no son tan frías como muchos piensan. El mundo submarino del Atlántico Norte es variopinto y se caracteriza por sus bogavantes, bosques de algas, pecios y acantilados.

La península de Nueva Escocia, al este de Canadá, está bañada por el océano Atlántico a lo largo de 7.600 kilómetros de costa.

Junto con la isla Cape Breton, constituye la segunda provincia más pequeña de Canadá.

Nueva Escocia es sinónimo de naturaleza virgen en tierra y mar. La península está exactamente a 45 grados de latitud norte, a la altura del Mediterráneo norte. Predominan unas temperaturas «relativamente suaves«. Lo cual significa que el buceador necesita un traje más caliente, sin que tenga que ser necesariamente un traje seco.

Una vez en el aeropuerto de Halifax, la capital, lo más normal es desplazarse al extremo norte de Nueva Escocia. En Janvrin’s Island, entre la península y la isla de Cape Breton, se sitúa uno de los pocos centros de buceo de la zona.

A raíz de los densos bosques de algas y laminarias, el escenario submarino de los puntos de inmersión a los que se llega desde aquí parece muy verde a primera vista. Sin embargo, poco después se descubre un paisaje tan variopinto como el de algunas aguas tropicales: en estas zonas también abundan los corales y la fauna de peces y crustáceos no peca en absoluto de falta de matices.

El arrecife local del vistoso centro de buceo resulta muy curioso porque es un pecio. El antiguo petrolero Arrow se partió en dos al hundirse en 1970 en la bahía de Chedabucto.

La fotogénica popa tiene 160 metros de largo y está invadida por un bosque de algas hasta los 12 metros de profundidad donde a veces cazan las focas.

Aleteando un poco hacia el fondo se llega al territorio de los bogavantes, los escorpiones marinos y los meros.

Algo más abajo viven voraces perros del norte junto a anémonas emplumadas. No lejos de allí se encuentra el barco maderero noruego Gard, algo más exigente. Su punto más alto se encuentra a 18 metros bajo la superficie.

Entre muchos otros, también merece la pena visitar el petrolero Baleine.

También se ofrecen excursiones a la bahía meridional de Fox Island, donde crecen corales blandos a partir de 15 metros de profundidad. Al este también hay lugares de buceo: rapes y churrascos cuervo deambulan en Forest Cove, y bogavantes con amenazantes pinzas pueblan los densos bosques de laminarias situados frente a Crid.

Estos animales son la marca de identidad de Nueva Escocia, el mayor exportador de bogavantes del mundo. Con algo de suerte, pueden verse ballenas y delfines al salir en barco.

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