El estado insular situado al norte de Australia y al sur del ecuador es un sueño para muchos buceadores. El mundo submarino espera a los visitantes con insólitos arrecifes, muchos pecios y una inmensa diversidad de peces y corales.

Nueva Guinea, la segunda isla más grande del mundo, está dividida políticamente en dos partes: la provincia indonesia de Papúa Occidental y el estado independiente de Papúa Nueva Guinea, situado al este y al que pertenecen las islas cercanas.

El país forma parte de Melanesia y se incluye geográficamente en Oceanía. Está habitado por más de 700 grupos étnicos con fascinantes culturas y presenta grandes contrastes paisajísticos: en la isla principal hay altas montañas, glaciares, bosques tropicales, ríos, volcanes, manglares y sabanas.

La mayoría de los buceadores que vienen a Papúa Nueva Guinea a pesar del difícil viaje, lo hacen atraídos por su célebre biodiversidad submarina, que convierte este territorio en una de las zonas de buceo más hermosas del mundo.

Otro de los atractivos son los cientos de pecios de la Segunda Guerra Mundial situados frente a las costas del país. Port Moresby, la capital, fue cuartel general de los americanos. Tras la ocupación del norte de Nueva Guinea por los japoneses, se sucedieron tres años de duras batallas entre Japón y los aliados. Los mejores pecios de barcos, aviones y submarinos de este período están cerca de las ciudades de Rabaul, Kavieng, Madang, Tufi y Port Moresby.

En estas zonas se han establecido algunos complejos de buceo reconocidos con premios internacionales, Muchos de los puntos de inmersión a los que se llega desde ellos tienen fama mundial. Los centros de buceo de la bahía de Kimbe, en la isla de Nueva Bretaña (mar de Bismarck), gozan de gran popularidad.

Parece que aquí han llegado a contarse hasta 800 tipos de corales y 460 especies de peces.

Más al norte, hay pequeños islotes de coral con grandiosas paredes, bancos de peces y tiburones entre las islas de Nueva Irlanda y Nueva Hanover, donde el mar de Bismarck se encuentra con el océano Pacífico. La bahía de Milne, situada al este de la isla principal entre el mar del Coral y el mar de Salomón, ofrece insólitas inmersiones donde se ven extrañas criaturas. Su seña de identidad es el rascacio conocido como «rhinopias». La región de Tufi, al este de Port Moresby, se caracteriza por sus altos macizos y profundos fiordos, y ofrece también un micromundo submarino muy interesante.

Todos los lugares conocidos son también destino de lujosos liveaboards, en los que deben programarse viales de al menos 10 días.

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