Bucear en Noruega se vuelve cada vez más popular ya que hay muchísimo por descubrir frente a sus 80.000 kilómetros de costa. Ante Ålesund y la Isla de Runde yacen verdaderos tesoros bajo el agua.

Ålesund está situada entre los famosos centros de buceo de Kristiansand y Narvik, en el sur y norte de Noruega respectivamente. El entorno está a la misma altura que Islandia pero tiene un clima templado y húmedo y, gracias a la Corriente del Golfo, el agua es relativamente cálida. No obstante, es aconsejable bucear con traje seco si se prevén aventuras prolongadas y profundas bajo el agua.

Frente a la elegante ciudad modernista fueron hundidos cinco barcos. El más atractivo es el Konsul Karl Fisser, un buque de aprovisionamiento alemán que fue alcanzado por bombas británicas en la Segunda Guerra Mundial y ahora yace a 25 metros de profundidad. La inmersión suele iniciarse en aguas abiertas con muchas corrientes.

Por eso, hay que descender rápidamente a través de la penumbra verdosa hasta la primera superestructura, a 22 metros. Las esponjas y las anémonas emplumadas habitan desde hace tiempo este gigante oxidado de 128 metros de eslora. También está plagado de peces; aquí viven principalmente abadejos. Este carguero de 10.000 toneladas, bien conservado y dispuesto verticalmente en el fondo del mar, no tiene nada que envidiar a los pecios tropicales.

Estas aguas ofrecen paredes maravillosamente decoradas y emocionantes inmersiones a la deriva. Hay enormes bancos de peces y medusas flotando. En el fondo se esconden cangrejos y peces planos, como sollas y platijas. Los lábridos son los especímenes más coloridos.

El conocido paraíso ornitológico de la isla de Runde, cerca de la costa, es una verdadera sensación para el buceo. En una impresionante jungla submarina de laminarias de hasta cuatro metros se concentra la biodiversidad marina del lugar. Aquí también yace el mayor tesoro submarino de Europa: hasta hoy no se ha encontrado ni la mitad de los 14 cofres de monedas de oro y plata del Akerendam, hundido en 1725. Se han descubierto en cambio muchos cañones del barco. Pueden hacerse maravillosas inmersiones en la Laguna Azul, Gardbaen y The Cave, una cueva situada bajo un acantilado en el que anidan las aves.

No hay que perderse el valle de Norangsdalen, en el interior, donde un lago alberga las ruinas de un pueblo con sus calles y jardines de piedra. Situado en Grotli, cerca del fiordo de Geiranger, el «lago de color esmeralda» es una verdadera delicia. Se puede bucear incluso en verano entre pequeños icebergs flotantes desprendidos de un glaciar.

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