El mayor arrecife de coral de Filipinas está formado por dos atolones con un total de 70 kilómetros de paredes submarinas. Se encuentra en el triángulo de coral y fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
El archipiélago filipino consta de 7.107 islas y tiene una verdadera joya para el buceo: los arrecifes del casi cerrado mar de Sulú.
La isla septentrional de Tubbataha está a 182 kilómetros al sudeste de Puerto Princesa, la capital de la provincia de Palawan y puerto de salida de los cruceros con destino a los arrecifes.
Debido al mal tiempo durante el resto del año, éstos sólo zarpan entre marzo y junio, cuando el mar de Sulú está relativamente tranquilo.
Los dos atolones se convirtieron en el Tubbataha Reef National Park en 1988 y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. La pesca comercial está prohibida y las actividades submarinas de los liveaboards son controladas por una estación de vigilancia.
El sistema arrecifal forma la punta superior del llamado Triángulo de Coral, el territorio con la mayor diversidad de corales del mundo. Éste llega hasta Borneo al oeste y hasta Nueva Guinea al este.
Los atolones septentrional y meridional están separados por un canal de siete kilómetros de ancho. Tubbataha significa «arrecife largo que emerge con la marea baja» y, efectivamente, muchos bancos de arena y arrecifes no son visibles con la marea alta.
Las aguas están plagadas de peces, y cantidades infinitas de corales y esponjas velan por una fascinante gama de colores. Todo esto a pesar de que el entorno resultó muy dañado a principios de la década de 1990 por el empleo de métodos de pesca ilegales con dinamita, cianuro y redes de arrastre.
Los arrecifes de pendientes suaves convertidos parcialmente en escombros de coral están ahora en fase de recuperación. Las enormes paredes de aguas más profundas no sufrieron daños.
Los rincones de los arrecifes, con sus salientes, gargantas, grutas y cuevas, garantizan experiencias intensas. Aquí pueden hallarse varios tipos de tiburón, rayas guitarra, barracudas, caballas, atunes, tortugas y, en ocasiones, con mantas y delfines. A esto hay que añadir innumerables peces de arrecife más pequeños en medio de un majestuoso paisaje de corales.
Los atolones sólo son indicados para buceadores expertos, no sólo por su aislamiento sino también por las repentinas corrientes y las profundas paredes, que exigen un perfecto control de la posición.
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