La isla de granito, situada a la entrada del canal de Bristol, está desprotegida y expuesta a las inclemencias del tiempo. Pecios, focas comunes y tiburones peregrino esperan a los buceadores en la reserva natural marina ubicada en torno a Lundy.

Lundy es una isla verde sin calles ni coches conocida por su cerveza, sus sellos propios y su castillo. Está habitada por unas 30 personas. El que desee visitar la isla y pasar allí la noche, deberá buscar con antelación ya que hay pocos alojamientos disponibles. Los buceadores llegan a la isla desde bases de Ifracombe situada al este, en el condado de Devon.

Debido a los vientos, las olas y las corrientes que azotan la isla rocosa, la temporada de buceo en Lundy es corta pero espectacular, Esta isla de granito de 5 kilómetros de largo y 500 metros de ancho está en una ruta de navegación y los primeros naufragios registrados se remontan al año 1793.

Las frecuentes turbulencias del Atlántico y la espesa niebla contribuyeron a que muchos viajes marítimos acabasen en los escarpados acantilados y bajíos.

Hasta hoy hay registrados más de 200 pecios pero sólo alrededor de una docena está en un estado de conservación relativamente bueno. El tiempo y la brusquedad del mar han embestido de tal modo a los otros que ya sólo quedan algunos restos.

El pecio más conocido es el acorazado HMS Montagu (entre 7 y 12 metros de profundidad), que se fue a pique frente a la punta sur de la isla el 29 de mayo de 1906.

Lundy es considerada en Inglaterra como la joya de la corona del mundo del buceo. Las aguas en torno a la isla se convirtieron en la primera Marine Nature Reserve de Inglaterra. Desde entonces, esta zona se encuentra protegida y la pesca está prohibida, por lo que la ictiofauna mejora año tras año.

Las aguas de Lundy no sólo tienen fama entre los buceadores ingleses. En Gannet’s Rock (a 15 metros de profundidad) pueden observarse las proezas acrobáticas de las curiosas focas comunes; en Gull Rock se agitan gallanos de vivos colores y es posible ver los huevos de las pintarrojas aferrados a las ramas de las gorgonias. En las rocas viven anémonas, bogavantes y centollas; también se ven babosas y gusanos planos alimentándose.

Las dos montañas submarinas de Knoll Pins están decoradas con anémonas joya rosadas y amarillas. Por aquí nadan congrios, bacalaos y abadejos.

Las cálidas aguas favorecidas por las corrientes permiten que aquí puedan establecerse animales más bien mediterráneos e incluso afines a los trópicos.

En ningún otro lugar de Inglaterra hay cinco especies de corales.

El plancton atrae en verano al desdentado tiburón peregrino. El segundo pez más grande del mundo visita cada año estas aguas y resulta una verdadera atracción.

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