La isla de Yap es conocida entre los buceadores sobretodo por las mantas que pueblan sus canales. Sin embargo, bajo el agua hay muchísimo más que ver: Paredes, grutas, tiburones e incluso peces mandarín.

Las islas de Yap pertenecen al archipiélago de las Carolinas Occidentales y están al este de las Filipinas, apartadas de las rutas turísticas de Nueva Guinea.

Los buceadores suelen visitarlas junto con Palaos, a sólo 450 kilómetros de distancia. Las cuatro islas principales se llaman Yap Proper y están rodeadas por un arrecife de coral. Junto con las lejanas islas exteriores, forman uno de los estados de los Estados Federados de Micronesia.

Sólo hay hoteles y centros de buceo en Colonia, la capital del estado situada en Yap. Una peculiaridad de la isla es que los propietarios de tierras también son dueños de las aguas situadas frente a su propiedad. Por eso, para las bases es difícil recibir las autorizaciones necesarias para los numerosos puntos de inmersión de la isla.

Los derechos no se adquieren fácilmente, sino tras lentas y formales negociaciones. Actualmente hay disponibles más de 30 puntos de inmersión en torno a esta isla de 25 kilómetros de largo y 8 de ancho.

Vertigo Wall es una verdadera sensación. Está al oeste de la isla y, cuando uno se sumerge, es recibido por numerosos tiburones grises y de puntas blancas. En una esquina del arrecife se encuentra Big Bend, donde los guías atraen con ruidos especiales a tiburones oceánicos, de puntas plateadas y de puntas blancas. Aquí crecen gorgonias y corales blandos bajo los salientes.

En Cherry Blossom Wall abundan los corales negros. En la pared de Gilmaan Wall, al sur de la isla, acechan unos peces sapo amarillos muy bien camuflados.

En las grutas de Yap Caverns hay algunos peces hoja escorpión sedentarios y se producen fantásticos juegos de luces. En este laberinto arrecifal, las caballas cazan y los loros cototos verdes devoran los corales, lo cual se puede escuchar perfectamente.

Es interesante echar un vistazo a las aguas abiertas del este de la isla, ya que suelen verse peces grandes. No es de extrañar, ya que no está lejos la segunda fosa oceánica más grande del mundo, la fosa de Yap.

Los arrecifes ganan suavemente profundidad al este y fascinan con jardines de coral duro totalmente intactos. Los mejores puntos de inmersión son Sakura Terrace y Gapow Reef, que sorprenden por su increíble visibilidad.

Cerca de Colonia hay dos pecios y un lugar ideal para la macrofotografía donde pueden verse babosas, ejemplos de simbiosis, apogónidos y peces sapo.

Junto a O’Keefe Island viven peces mandarín, que se contemplan mejor tras la puesta de sol.

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Bucear en canales de Yap

La isla de Yap adquirió fama mundial entre los buceadores por las majestuosas mantarrayas que pueblan sus canales. Lo mejor es sumergirse cuando sube la marea, ya que el agua es más clara y hay más vida.

De origen principalmente volcánico, Yap presenta colinas y bosques tropicales. La isla está rodeada por un cinturón de coral con canales que comunican el mar con las lagunas.

Las costas están cubiertas por una jungla de mangles. Muchos habitantes viven según las antiguas costumbres, habitan en pueblos tradicionales y subsisten gracias a la pesca y la agricultura. Frente a las casas y los caminos se exponen las legendarias piedras rai. Los habitantes de Yap extrajeron las rocas de Palaos y las llevaron a la isla en canoas. Aún hoy conservan un gran valor no sólo proverbial.

En 1984, el buceador pionero Bill Acker descubrió mantas en los canales. Vienen aquí para que las limpien y para recoger el plancton del agua. Acker, conocido mundialmente como el «hombre manta», ha contemplado y estudiado estos apacibles gigantes en miles de inmersiones. Posee un centro de buceo en Yap y garantiza a sus clientes avistamientos de mantas durante todo el año. Además ofrece cursos de biología en los que enseña cómo hay que comportarse con los animales. Delante de su base se puede ver un cartel que muestra nombres e imágenes de más de 100 tipos de mantas.

Éstas se pueden distinguir atendiendo a los diseños de su parte inferior, el color, el tamaño y la raíz de la cola.

Las mantas, que pueden alcanzar los cinco metros de envergadura, buscan lugares especiales donde haya peces pequeños dispuestos a limpiar los parásitos de su cuerpo. La presencia de mantas en los canales, donde también se ven tiburones y otros peces, depende de la estación y la hora del día.

En invierno (de diciembre a abril), los animales se aparean. Para ello prefieren el Mi’l Channel, situado en la zona noroeste de la isla, que es más tranquila. En verano suelen surcar por la mañana las aguas del Goofnuw Channel, situado al nordeste.

Lo mejor es sumergirse cuando hay luna llena y luna nueva, ya que la corriente es mayor. Con el flujo, el agua está clara; con el reflujo, la visibilidad se ve limitada.

Los puntos de inmersión más populares son los «Beauty Salons»: en el Mi’l Channel hay cinco y en el Goofnuw Channel tres. Los elegantes animales voladores vienen a estos «salones de belleza» para recibir servicios de limpieza. Tzimoulis Ridge, que debe su nombre al conocido buceador y fotógrafo submarino americano, es uno de los mejores lugares del mundo para ver mantas.

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